TIJUANA.- César Manuel Ibarra García se convirtió en soldado del Ejército Mexicano, no en un narcotraficante como sus tíos, pero sí al servicio de ellos.
Hoy tiene 25 años de edad cumplidos. Cuando tuvo 15 años, conmocionó primero a la sociedad tijuanense y después a todo el país por la saña con que asesinó a su cuñada y a tres sobrinos.

La noche del 10 de abril de 2005 se descubrieron los cadáveres en una casa de la colonia Nido de Las Águilas. El único sobreviviente fue su hermano, a quien también quiso matar.

Quería mostrar que era “valiente” para ser reclutado por la delincuencia organizada de su natal Sinaloa.

“Yo nomás quería ser narco para tener dinero como mis tíos, que ya son ricos por eso”, dijo en aquel entonces a los medios de comunicación.

Siete años de su vida los pasó internados en el Centro de Diagnóstico para Adolescentes, antes Consejo Tutelar de Menores.

Se enlistó en el Ejército e ingresó hace un año y medio, comentó a El Mexicano el General Gabriel García Rincón, Comandante de la Segunda Zona Militar.

En abril pasado lo capturaron por violar a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, y Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, desde entonces está preso en la penitenciaria de Mexicali.