Han pasado casi nueve años de que los actores estadounidenses Angelina Jolie y Brad Pitt se conocieran durante la filmación de El señor y la señora Smith, una circunstancia que cambió la vida de ambos para siempre y diera a la prensa rosa del mundo “carnita” para esas notas que extrañamente o no importan a menudo a todo el mundo.
Tal es la atención que concentra el matrimonio Brangelina, que vuelve a ser noticia precisamente por algo más que los rumores casi nunca constatados con los que suelen llenar las páginas de papel couché.
Se trata de la nueva película que los une y que dirigirá la hija de Jon Voight, para narrar la historia de un matrimonio en problemas, un hecho que los amigos de la súper pareja encontraron un tanto arriesgado si se tiene en cuenta que a la hermosa actriz de Hollywood no sólo le toca compartir fuertes escenas con su marido y padre de sus seis hijos, sino también darle órdenes detrás de cámaras.
“Unos cuantos amigos nos preguntaron si estábamos locos”, confesó Jolie en una entrevista televisiva, al referirse al filme que veremos en 2014, By the sea y del que pudo verse algunas instantáneas en Entertainment Weekly.
A principios de esta semana la actriz ya admitió haberse sentido “incómoda” trabajando junto a su marido -con quien tiene seis hijos: Maddox (13), Pax (10), Zahara (9), Shiloh (8), y los gemelos Knox y Vivienne (6)- aunque ahora está segura de que la experiencia ha valido la pena, porque su matrimonio se ha visto reforzado.
“Fue incómodo, pero ya hemos terminado de rodar, hemos sobrevivido y somos más fuertes gracias a ello.
Era un material muy difícil, por lo que para cualquier actor era un trabajo muy complicado por la carga emocional que suponía”, contó Angelina al periodista Jon Snow en Channel 4 News.
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Mientras tanto, Angelina, conocida por su incansable labor humanitaria como Embajadora de Buena Voluntad de la ONU, ha puesto el foco en la necesidad de combatir el ébola, un virus que, según el citado organismo mundial, corre el riesgo de expandirse a más países de los que ya ha afectado.
“Hay muchos países del mundo que podrían hacer más.
Necesitamos hacer colectivamente todo lo posible, porque esta es una crisis global y nos afecta a todos”, dijo Angelina Jolie en una reciente visita a Australia, en cuya capital dio a conocer Unbroken, el drama bélico que dirige y que narra la vida del atleta olímpico Louis Zamperini, apresado por las tropas japonesas durante la Segunda Guerra Mundial y liberado muchos años después, cuando sus familiares y el ejército de su país pensaban que estaba muerto.
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El actual brote de ébola, que afecta sobre todo a Guinea, Liberia y Sierra Leona, ha causado ya más de 5.000 muertes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, lleva causados más de 14.000 contagios en ocho países. ANGELINA, LA IRREPETIBLE La finada comediante Joan Rivers (1933-2014) solía hacer mofa de Angelina Jolie, a menudo para reclamarle lo que ella consideraba era “exceso de esnobismo” y una falta supina de naturalidad.
La conocía buen, pues la esposa de Brad Pitt es muy amiga de la hija de Joan, la presentadora televisiva Melissa Rivers. Prueba de ese –cómo decirlo- acartonamiento fue la tan mentada alfombra roja en los Oscar de 2012, donde Angelina llevó un traje negro que al parecer le exigía posar mostrando la pierna derecha en un gesto artificial que fue replicado en cientos de memes por toda la red.
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Sin embargo, a sus 39 años y sin abandonar su condición de estrella en el más banal de los universos, hay que decir que la actriz y cineasta suele interesarse en forma genuina por los menos favorecidos y hacer grandes esfuerzos, además (lo logre o no), para encarar proyectos cinematográficos menos superficiales que las comedias o películas de acción para las que es convocada.
En Berlín, donde fue también a mostrar Unbroken, Jolie dejó ver su lado más humano al hablar de las inseguridades que la vida le plantea y que le exige preguntarse a menudo si es en realidad buena como madre, persona y profesional.
“Soy como cualquiera y tengo mis grandes momentos de duda”, dijo Angelina, quien ante las agencias internacionales reunidas en Berlín para asistir al estreno de su película, dejó ver también la preocupación por cómo están las cosas en el mundo. “Tenemos más refugiados que tras la Segunda Guerra: 51 millones”, afirmó.
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